09/26/2024
Una respuesta a Fernando Rospigliosi
Daniel Rivera Canseco Daniel Rivera Canseco

Hace algunas horas fue publicada, a través de redes sociales, una breve columna de opinión titulada ‘’ ¿Los Niños del Apra?’’ por Fernando Rospigliosi. Evidentemente, un escrito de este calibre resulta peligroso, pues el autor no se encuentra – rigurosamente – sujeto a un análisis profundo del tema a desarrollar, sino que suele verter ideas dispersas y limitadas, sin necesidad de realizar una ardua reflexión previa. Y digo ‘’peligroso’’ porque esta extensión de tolerancia periodística permite esbozar una radiografía de quien escribe, reflejando así su capacidad cognitiva y sus dotes literarios. De ahí que los diarios, semanarios y demás busquen una alta trayectoria en quien se atreve a deslizar su pluma por sus hojas y portales.

Por lo antes expuesto, resultaría inadmisible dudar de la calidad intelectual y narrativa de un personaje que no es ajeno a la realidad comunicacional y en cuyas participaciones ha cimentado un cierto grado del accionar político de hoy y de antaño en el Perú. No obstante, Fernando Rospigliosi parece ser la excepción, pues la columna de opinión que escribió roza –y muy de cerca-  la torpeza. Por ello, haremos el ejercicio habitual de todo lector: analizaremos extractos del texto y cuestionaremos la presencia o la ausencia de fundamentos en el mismo.

Es cierto que el Partido Aprista Peruano recuperó su inscripción y el debate interno se hace presente en la Casa del Pueblo; sin embargo, este ejercicio en el que se contraponen ideas es la base de la democracia partidaria. La unidad y lucha de contrarios genera resultados sustanciosos y aplicables. Por otra parte, en el mismo párrafo hace mención de la Secretaria General Institucional, Belén García, a quien denomina ‘’abanderada de las bases provincianas’’. Craso error del señor Rospigliosi, pues – de la misma manera- en que afirmamos no ser un partido de clase, afirmamos no ser un partido que dé preferencias por lugar de representación. De manera que, Belén García al ser Secretaria General representa no solo a un sector del Partido Aprista Peruano, sino a su totalidad.

Luego, el autor pretende concatenar algunos comentarios que la prensa recoge de manera superflua, acerca de la venta del local de La Tribuna y la situación de la clínica odontológica. Temas que el militante activo conoce y cuyo abordaje frontal significa la lucha contra toda intromisión de elementos externos a nuestra residencia. En tal sentido, no es casualidad que el rechazo de las bases ante el hecho insólito de capturar nuestro local partidario haya sido unánime, inmediato y contundente.

Las bases no están alejadas de las ideas, principios y experiencias de los fundadores del aprismo. Sin embargo, entendemos que la oposición así lo desee, pues no es secreto que un partido como el APRA genere temor en aquellos que hicieron de la política un vil negocio de oportunistas. Oportunistas que, por cierto, hemos combatido desde nuestro espacio y que hoy buscan – desesperadamente – evitar la renovación y el avance de nuevos cuadros nacionales. ¿Es acaso esta su situación, señor Rospigliosi? ¿Tiene miedo a la juventud pletórica de fuerzas que representa el ansiado reverdecer en el partido de la estrella? Parece que la pregunta se responde por sí sola. ¿O ha hecho su texto por encargo?

Siguiendo con el análisis del texto, resulta risible afirmar que un ‘’partido tradicional’’ sea un medio más atractivo que un movimiento novedoso, pues lo que hemos presenciado en los últimos doce años ha sido lo contrario. El grueso de los electores se inclina por personalidades mediáticas que no representan una ideología o doctrina concreta, sino que se abocan en propugnar medidas paliativas y demagógicas a viva voz. Y si nos referimos al plano interno, cabe resaltar la preparación intelectual, que es obligación de todo aprista y bajo cuya esencia hemos perdurado casi un siglo en la política peruana. Dicha cualidad permite discernir al afiliado y ejercer – coherentemente - su derecho en los comicios partidarios, que son la máxima muestra de democracia interna.

Finalmente, Rospigliosi expresa una increíble comparación con Acción Popular, aseverando que una nueva generación directiva representaría un peligro, cual caso ‘’Los niños’’ y su conexión con el defenestrado golpista Pedro Castillo. Sin embargo, con estos comentarios el susodicho olvida por completo la lógica elemental y cae en una enorme falacia malintencionada que parece ser direccionada por terceros, buscando así coartar la libertad de expresión de los militantes que izan la bandera de la renovación.

Vemos pues, que no son pocos los errores que el autor comete al intentar abordar la realidad del Partido Aprista Peruano. Además, el lector podrá darse cuenta que el mismo patrón se repite en cada una de sus columnas de opinión, evidenciando una lamentable capacidad reflexiva y literaria. Situación crítica que - sin duda - pone en tela de juicio, no solo las aptitudes del escritor, sino la seriedad de los medios que recogen sus declaraciones. Parece que la renovación no solo debe darse en el APRA sino también en los columnistas de algunos portales de opinión.


  • VIA
  • Daniel Rivera Canseco
  • TAGS



DEJA UN COMENTARIO

­

Comentarios