09/26/2024
Radiografía de la Tercera Toma de Lima
Daniel Rivera Canseco Daniel Rivera Canseco

Resulta imperioso abordar los hechos suscitados el día 19 de Julio del presente año, pues existió una amplia expectativa de algunos sectores del país, cuyos intereses – manifiestan - son contrapuestos por el régimen de turno encabezado por la señora Dina Boluarte. En esencia, conglomerados de organizaciones ligados al ex dictador Pedro Castillo y que – en su momento – mostrábanse lisonjeros con la totalidad de la fórmula presidencial que conformaba quien hoy denominan asesina. Hecho curioso que delata una amalgama de posibilidades en las que se encuentran basadas sus desavenencias.

Cabe resaltar que, en este pelotón se encontraron diversas categorías que debemos distinguir. La más nociva es la que se encuentra encabezada por el Partido Comunista del Perú, quienes buscan tozudamente la implementación de una asamblea constituyente que derive en un cambio drástico de constitución, a fin de implementar un nuevo sistema político, social y económico. Evidentemente, estos sujetos se encuentran direccionados hacia el mismo sendero que abrazaron elementos terroristas en la década de los ochenta y noventa.

Por otra parte, los llamados caviares de la política nacional, participaron como promotores de la marcha; sin embargo, el eco de sus voces tuvo exiguos resultados positivos. Este es el caso de Rosa María Palacios, Verónika Mendoza y Sigrid Bazán, quienes desde sus privilegios buscan reimplantar el régimen Castillista, continuación del régimen de Vizcarra y Sagasti; caracterizados por las consultorías desmedidas que servían para engrosar bolsillos y copar el estado. A pesar de repetir – frenéticamente – la supuesta defensa de la que se autodenominan abanderados, los antecedentes muestran lo contrario.

Los seguidores de Antauro Humala también se presentaron en grueso número a la marcha, pese a su descalificada imagen ante el pueblo peruano. Los etnocaceristas basan sus principios en patrones netamente racistas y ello limita la capacidad de adeptos que puedan plegarse a sus filas. Partiendo desde este punto, resulta previsible que se muestren en contra de toda manifestación relacionada al sistema republicano y la economía liberal.

Como era de esperarse, la marcha constituyó un fracaso mayúsculo, principalmente por la calidad política de aquellos que la impulsaron y porque el fondo y la forma en que pretendieron buscar variaciones resultan inviables. Incluso, el asidero legal, no existe en gran parte de sus demandas, por lo que el país, velando por una democracia que aún se conserva, a pesar de haber sido golpeada en reiteradas ocasiones, lo desechó. Estas fueron las razones por las que la tercera toma de lima no trascendió en los peruanos y significó una dura derrota para la mencionada oposición.

Sería imposible, en este punto, defender al gobierno encabezado por Boluarte, pues ha tenido un mediocre desempeño al abordar los temas que preocupan a la población, como es el sector salud, vivienda, entre otros. Su accionar resulta insuficiente y el hermetismo en el que se ha envuelto no le permite más que una impertérrita apreciación de la realidad peruana. En resumidas cuentas, ha abandonado el enfoque social que debió servir como punto de inflexión y rotura con el gobierno de Pedro Castillo. Hemos sido testigos de una continuidad alarmante que pone en tela de su juicio la capacidad de la mandataria. No obstante, ello no puede servir para que elementos ajenos a la democracia y el estado derecho pretendan implantar medidas extremistas. Resulta menester encontrar una nueva ruta de acción y una agenda social enfocada en los menos favorecidos.


  • VIA
  • Daniel Rivera Canseco
  • TAGS



DEJA UN COMENTARIO

­

Comentarios