El Callao vive sus horas más oscuras por la
incompetencia de sus autoridades frente a la pandemia. Nuestro puerto se
constituye como la segunda región con el mayor número de infectados y
fallecidos en el país; sin embargo, el gobernador Dante Mandriotti se encuentra
más interesado en financiar a comentaristas de redes sociales que sigan la
línea de su gestión. Asimismo, vemos cómo despilfarró el dinero en supuestas
clases virtuales de fútbol, que poco o nada aportó a nuestra región. Ante la
indiferencia de Mandriotti, nexo político de ‘’Los Malditos de Angamos’’, los
chalacos encontramos el enorme déficit de medicamentos en los hospitales y el
aumento significativo de víctimas mortales o colaterales de la pandemia.
Pedro López no es ajeno a la desgracia. Su
silencio cómplice reafirma la frivolidad con que dirige, en todo momento, la
Municipalidad Provincial del Callao. No es sorpresa para nadie que, en los
últimos días, se haya escondido de los aguerridos trabajadores de limpieza,
luego de amenazar con cerrar Eslimp Callao. Evidentemente, los miles de
familias que resultarían perjudicadas por dicha medida, contribuiría a agravar
la crisis en el primer puerto. Es menester que se reconozcan los derechos
laborales de ese gran sector de limpieza y puedan, en la brevedad, encontrarse
en la planilla de la Municipalidad.
Cabe resaltar que la falta de
representatividad – también – es notoria en el parlamento. ¿Es que acaso
alguien cree que 17 años de gobiernos regionales pueden investigarse en 120
días? Evidentemente, la comisión encargada de escudriñar los actos de
corrupción por parte del Gobierno Regional del Callao desde el 2003, no hará
más que reafirmar su obsoleto valor. Los chalacos necesitamos una investigación
total y no parcial, pues de los últimos cuatro gobernadores regionales, dos se
encuentran en prisión. Los congresistas, por su parte, no deben enfocarse en
cobrar gastos de instalación o buscar algún beneficio para una próxima
candidatura a la alcaldía, sino trabajar por y para el pueblo que los escogió y
que será el mismo al que rendirán cuentas cuando acabe su gestión.
Por si fuera poco, la inseguridad ciudadana
continúa avanzando en nuestra región. Frecuentemente observamos cómo las hordas
de delincuentes acaban con las vidas de chalacos desprotegidos. Las balaceras
que protagonizan las bandas rivales de ventas de droga, constituyen uno de los
peligros mayores en los ciudadanos de a pie. Recordemos que, en el presente
año, son 62 las personas fallecidas por la delincuencia en el Callao. Las
autoridades continúan brillando por su ausencia ante el derramamiento de sangre
y los chalacos nos vemos en la necesidad de protegernos por cuenta propia.
En suma, el pueblo les pregunta a sus
representantes: ¿Cuándo empezarán a trabajar?
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